viernes, 31 de octubre de 2014

Federico y Anselmo

Federico escuchaba a Anselmo, su compañero de banco. Como siempre cada mañana Federico se sentaba un rato en un banco del parque, allí hablaba con algún conocido. Éste día Anselmo le comentaba que había pasado otro año de vacaciones sin acudir a sus tareas y partidas en el Centro Social, donde siempre pasa las mañanas y algunas tardes. El motivo por el que hacía esto era porque quería tener tiempo libre en cualquier momento, para ver si podía estar un rato con su hijo, tomar café, pasear, hablar, en particular estar al lado de su hijo, el cual ya se había independizado y Anselmo esperaba ese “día”. Hablaba por el teléfono a menudo con su hijo y Anselmo se lo comentaba, pero siempre había una excusa razonable. Muchos domingos comían juntos en familia, Anselmo apenas hablaba en la reunión familiar, pero se sentía muy orgulloso de su hijo, cuando éste hablaba Anselmo lo escuchaba con atención y sin perder detalle de la conversación ya que le ponía en marcha su mente y después le hacía pensar bastante sobre la interesante exposición del tema, que su hijo había explicado. Anselmo repetía a Federico que estaba deseando que llegara ese “día” para estar con su hijo, comer juntos en un restaurante, charlar, recordar detalles familiares, sobre todo estar a su lado y escucharle. Sólo con eso era feliz. Pero se pasaban las vacaciones de su hijo y se sentía un poco iluso. Federico se dio cuenta que Anselmo estaba bastante afectado. Y trataba de hacerle comprender que la juventud tiene siempre muchos temas pendientes y cosas por acabar, que luego tampoco acaban, (sabes que a nosotros cuando éramos jóvenes también nos pasaba ésto) ahora ellos aprovechan estos días de vacaciones para poder dejar todo solucionado, antes de empezar de nuevo la rutina del trabajo. Anselmo cabizbajo escuchaba a Federico, al tiempo que movía lentamente la cabeza de un lado hacia el otro, como si no estuviera conforme con lo que él le comentaba. Anselmo entendía perfectamente que Federico trataba de hacerle sentir mejor. En verdad él solo quería mitigar el estado de Anselmo y trataba de hacerle reflexionar, que viera los hechos del citado caso de distintas formas. Y le explicaba que los hijos a veces hacen cosas que ni ellos se dan cuenta. Y no olvidan a sus padres, debes comprender que tu hijo te quiere y estoy seguro que es tanta la confianza y cariño que tu hijo siente por ti, que cree que su padre le entiende. Eres tú Anselmo quien no lo entiendes a él…
Fermín

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